El Cabildo advierte de que “la Casa Fajardo no es un museo arqueológico”

Desde el Cabildo lanzaroteño han puntualizado hoy que la Casa Fajardo de Arrecife está destinada a uso residencial y no museístico, en respuesta a la solicitud de abrir líneas de subvención -realizada por Coalición Canaria- para este espacio que el anterior grupo de Gobierno promovió como Museo de Arqueología de Lanzarote.

Según los actuales responsables insulares (PSOE-PP), el Plan General de Arrecife contempla este edificio sólo para uso residencial. “Y así lo han expuesto los técnicos del Ayuntamiento, que han llegado a solicitar en anteriores comunicaciones con el Cabildo que se suprima el término Museo de Arqueología de la documentación remitida”.

Aclaran además que la Ley 11/2019, de 25 abril, de Patrimonio Cultural de Canarias, establece en su artículo 120 que c”orresponde a la Administración autonómica” la creación de museos de ámbito insular. “Y no se ha dado tal paso, ni durante esta legislatura, ni en las pasadas”.

3.350.000 euros de sobrecoste

El Cabildo de Lanzarote subraya este miércoles que la residencia fue adquirida por la Institución a unos particulares en el año 2013, por el importe de 1.650.000 euros, que se han terminado de pagar durante este año. Y critican los actuales responsables insulares que “dicha adquisición se hizo sin ni siquiera solicitar informes técnicos acerca de la estructura de esa residencia”.

Añaden que una vez hecha la adquisición, “enseguida se detectó que la vivienda no era apta para su uso, al estar afectada por problemas estructurales, especialmente en su cimentación, que adolece de serias patologías que pueden suponer el derrumbe del edificio. Hasta ahora se han hecho algunos intentos de rehabilitación parcial de la residencia, que han supuesto un gasto de más de tres millones de euros, en concreto, 3.350.000, sin que se hayan solucionado dichas patologías estructurales”.

Por otro lado, el alto nivel de protección del edificio “dificulta enormemente los proyectos de restauración y conservación, al necesitar éstos una intervención que consiste, básicamente en sustituir la cimentación de la vivienda, así como los forjados de hormigón de las zonas delanteras y posterior de la residencia”.

Esta situación hace que dicho inmueble no sólo no sea apto para un museo, sino que tampoco lo es para su uso legal: el residencial. De hecho, presenta un creciente riesgo de derrumbe en algunas zonas, según la versión que hay ofrecido hoy la Corporación que preside María Dolores Corujo.

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