Arrecife celebra datos récord de cruceros mientras crece la saturación portuaria
La Autoridad Portuaria de Las Palmas (APLP) ha programado que Arrecife reciba este mes de noviembre la escala de algo más de 60 cruceros (una media de dos cruceros diarios). La cifra confirma el auge del turismo de cruceros en Lanzarote, pero también reabre el debate sobre su modelo de gestión y sostenibilidad.
La previsión para este viernes 7 de noviembre refleja la magnitud del fenómeno: tres buques coincidirán en los muelles capitalinos, algo que, por otro lado, no es nuevo esta temporada. El Europa 2, el Ventura y el AIDACosma, este último con 330 metros de eslora, uno de los mayores cruceros que operan en Europa. La situación se repetirá el sábado, con otros tres barcos en escala, y el domingo, con dos más. Y las semanas siguientes siguen una tónica similar.
Durante los últimos años, la Autoridad Portuaria y las navieras habían coordinado las llegadas para evitar la coincidencia de varios cruceros de gran capacidad en un mismo día, medida que pretendía reducir la presión sobre los servicios urbanos, el tráfico y el entorno comercial. Sin embargo, esta estrategia parece haberse relajado en la actual temporada.
Mientras ciudades como Venecia, Barcelona o Dubrovnik han optado por limitar escalas y regular flujos, Arrecife sigue celebrando los récords de atraques. La actividad beneficia al comercio, la restauración y los guías turísticos, pero satura la movilidad, eleva la presión sobre infraestructuras y genera una experiencia urbana cada vez más masificada.
La llegada de miles de pasajeros en pocas horas multiplica la demanda de taxis, congestiona los accesos al puerto y provoca que los visitantes se concentren en pocas zonas del centro, distorsionando la vida cotidiana de la ciudad.
El desafío para Arrecife no está solo en seguir atrayendo cruceros, sino en regular su impacto y distribuir mejor los beneficios económicos. El turismo de avalancha -que llena las calles durante unas horas pero deja poco gasto prolongado- requiere planificación, diálogo con las navieras y coordinación con el tejido comercial local.
El reto será encontrar el equilibrio entre la rentabilidad inmediata y la sostenibilidad futura de un modelo que ya muestra síntomas de agotamiento en otros destinos del mundo.








Si pero no compran nada se bajan del barco y solo van hasta la entrada de la boca del muelle de las cebollas y sube otra vez para su barco lo dijo porque yo estuve en marina lanzarote y los veía caminando para el barco y con las manos vacías