NC convence sobre los alicientes para el consumo de la sal marina artesanal
El Parlamento regional acaba de sacar adelante por unanimidad, y a propuesta de la diputada Gladys Acuña (Nueva Canarias), una iniciativa destinada a impulsar la venta y consumo de la sal marina artesanal de las islas.
La proposición no de ley (PNL) pide al Ejecutivo que actúe para que este producto deje de regirse por el régimen minero y pase a considerarse como un producto agroalimentario y para que, tras aceptar dos propuestas de adición del grupo socialista y popular, pueda beneficiarse de las ayudas de la Unión Europea (UE) y logre una denominación de origen.
La propuesta defendida por Acuña insta al Gobierno a promocionar la sal marina de las islas en los medios de comunicación mediante campañas institucionales que destaquen su aportación para la salud. Recalcó, a modo de ejemplo, que la cultura popular alaba los «valores afrodisíacos y para regular la tensión arterial» de las Salinas de Janubio, en Lanzarote.
La referida iniciativa aboga también por cerrar acuerdos con los distribuidores y vendedores del comercio alimentario local para la distribución preferente de este producto, incluso situándola en un lugar destacado en los establecimientos de venta al público.
Impulsa la adopción de las medidas necesarias para que los dueños de las salinas puedan beneficiarse del atractivo turístico y preservar los valores patrimoniales que genera esta actividad, que se flexibilicen los trámites para la rehabilitación de las estructuras de las salineras deterioradas y que se pida al Gobierno estatal que deje de regirse por el régimen minero y pase a considerarse producto agroalimentario.
Tras la aceptación de las enmiendas del PSOE y del PP se insta a que las autoridades europeas procedan con las modificaciones legislativas pertinentes para que sea considerado como un producto agroalimentario y se beneficie de las ayudas de la UE además de que se inicien los trámites para lograr una denominación de origen.
Nueve salinas artesanales en toda Canarias
Gladys Acuña recordó que, en Canarias llegaron a existir más de 60 salinas, en su mayoría localizadas en las islas orientales, protegidas por su interés arquitectónico como Bien de Interés Cultural (BIC) o por su interés natural como Espacio Natural, al ser zonas de gran relevancia para la avifauna. A pesar de ello, la parlamentaria de NC dijo que hoy sólo quedan nueve salinas en activo.
La calidad gastronómica de este producto, añadió, no se ve reflejada en su consumo. Apenas el 8% de las sales que se consumen en Canarias proceden de las salinas marinas tradicionales que aún continúan en explotación, según Acuña.
Esta situación se ve agravada, añadió, con lo costoso que resulta su producción y lo difícil que resulta competir con la sal industrial, con un precio mucho más competitivo en el mercado. Prueba de ello es, agregó, la sal que se produce las Salinas de Janubio, que se vende a 0,60 céntimos el kilo mientras que la industrial, a la mitad de ese precio.
Acuña recordó además que el Parlamento de Canarias ha aprobado varias resoluciones que coinciden con las propuestas de la Asociación de Productores de Salinas Marinas Artesanales de Canarias, la última en la sesión plenaria del 11 de febrero de 2014. En la misma se declaraba este a este tipo de sal como un producto agroalimentario con denominación de origen, que se modificara el Arbitrio sobre Importaciones y Entrega de Mercancías (AIEM), de forma que se gravara la sal importada en el Archipiélago, favoreciendo así la competitividad de la sal marina producida en las islas.
Pero, a pesar de los esfuerzos de las administraciones públicas, en opinión de Gladys Acuña era necesario que se adoptarán medidas de apoyo para impulsar la reactivación de esta actividad tradicional, que “hoy por hoy se ha convertido” en un atractivo turístico.