La movilidad y el acceso a la vivienda dominan el último sondeo insular
El último estudio de Temas Insulares del Centro de Datos del Cabildo confirma un cambio de tendencia clara: la ciudadanía percibe que los problemas de Lanzarote se agravan y que la isla necesita soluciones estructurales. La encuesta sitúa el agua como la cuestión más preocupante para los residentes, con una mayoría que considera que la gestión actual no responde a las necesidades reales.
El Cabildo interpreta esta tendencia como un síntoma de que la ciudadanía reconoce el esfuerzo actual para revertir una situación heredada, marcada por décadas de infrafinanciación estatal y por la falta de actuaciones estructurales que correspondían a administraciones superiores. Según fuentes insulares, la acumulación de retrasos, la antigüedad de las redes y el deterioro del sistema responde a decisiones que se tomaron -o se evitaron- a niveles superiores y que hoy condicionan la capacidad de respuesta local.
El presidente insular, Oswaldo Betancort, valoró el estudio como “una foto realista de los problemas, pero también del giro que estamos dando”, subrayando que Lanzarote lleva un año ejecutando obras que “no se habían impulsado en más de dos décadas”. El Gobierno insular recuerda que ha acelerado inversiones en desalación, reposición de tuberías y proyectos de depósitos estratégicos que habían quedado pendientes por falta de apoyo financiero estatal.
La encuesta también sitúa la movilidad como la segunda preocupación principal. Retenciones diarias, saturación en accesos y dependencia del vehículo privado condicionan la percepción ciudadana, aunque el sondeo refleja que una mayoría valora positivamente que se haya iniciado la actualización del modelo insular de transporte. El Cabildo defiende que se ha reactivado la planificación paralizada y que ya están en marcha estudios de tráfico encargados para rediseñar los puntos más conflictivos.
La vivienda aparece en tercer lugar. Los encuestados apuntan a la presión del alquiler vacacional y a los altos precios, aunque un número creciente afirma conocer las nuevas líneas insulares para aumentar vivienda pública y regular determinadas zonas. El Gobierno insular considera que la situación responde en gran parte a las normas estatales y autonómicas, que limitan márgenes de actuación municipal e insular, pero asegura que trabajará para ampliar competencias y acelerar proyectos.
Pese al diagnóstico crítico, el informe señala un dato relevante: aumenta el porcentaje de ciudadanos que cree que la isla “mejorará si se mantienen las actuaciones iniciadas en 2023 y 2024”. Para el Cabildo, este indicador es síntoma de que la población empieza a percibir un cambio de ritmo en la gestión tras años de estancamiento administrativo.
La institución insular sostiene que continuará priorizando el agua, la movilidad y el acceso a la vivienda como ejes estratégicos. El estudio será elevado al pleno como parte de la planificación anual y servirá para ajustar las políticas insulares en un contexto marcado por grandes demandas sociales y por la necesidad de mayor coordinación con administraciones superiores.






