Lanzarote despide a Antonio Corujo Tejera, guardián del folclore
El Cabildo de Lanzarote ha expresado su pesar por el fallecimiento de Antonio Corujo Tejera, Hijo Predilecto de la isla y referente en la preservación del folclore y las tradiciones insulares. La Corporación insular, a través de su presidente, Oswaldo Betancort, trasladó sus condolencias a la familia y destacó la relevancia de la figura del cantador.
Betancort señaló que con la partida de Corujo «se apaga una voz única», aunque resaltó que su legado continuará vivo en las generaciones futuras. El presidente recordó que su vida fue un “testimonio de amor con la isla, con su folclore y con la memoria colectiva del pueblo lanzaroteño”.
A las muestras de pesar también se han sumado hoy la presidenta del PP, Astrid Pérez, la secretaria general insular del PSOE, María Dolores Corujo, el alcalde de Arrecife, Yonathan de León, la concejala de Cultura de Arrecife, Abigail González, o la Asociación Mararía, entre otras autoridades y colectivos de la isla.
Nacido en San Bartolomé en 1933, Antonio Corujo creció en el seno de una familia estrechamente ligada a la música popular. Desde temprana edad se vinculó al Rancho de Pascua de San Bartolomé, donde encontró inspiración y escuela. Heredero de una tradición oral transmitida durante siglos, supo mantener vivas algunas de las expresiones más singulares del patrimonio cultural lanzaroteño.
Su voz inconfundible y su estilo interpretativo le llevaron a ser considerado un referente en la isla y en Canarias. Participó en agrupaciones folclóricas históricas, realizó actuaciones dentro y fuera del Archipiélago y contribuyó a grabaciones que forman parte del acervo cultural de las islas. Entre sus aportaciones más recordadas está la difusión de las coplas de Víctor Fernández, el Salinero, figura señera del folclore canario.
Reconocimiento institucional
El pasado año, en un acto celebrado a finales de 2024, el Cabildo de Lanzarote le otorgó el título de Hijo Predilecto de la isla. Durante la ceremonia, Betancort lo definió como “un guardián de nuestras tradiciones más profundas, un vínculo vivo que conecta las raíces de nuestra historia con las generaciones que construirán el futuro de Lanzarote”.
Ese reconocimiento institucional se sumaba al cariño popular que durante décadas acompañó al folclorista, cuya trayectoria se convirtió en referente de identidad y orgullo para la isla.
Corujo se casó con María del Carmen García Martín, Maquita, y tuvo tres hijos y dos hijas —Domingo, Antonio, Juan Manuel, Carmen y María del Carmen Corujo García—, quienes han continuado la senda musical de su padre, manteniendo vivo un legado que ha marcado a la sociedad lanzaroteña.
La Institución insular también extendió su afecto a amistades, familiares y a todas las personas que encontraron en Corujo inspiración y referencia. Su contribución al patrimonio musical y cultural de Lanzarote es considerada irrepetible.
Con su fallecimiento, Lanzarote despide a una de las voces más emblemáticas de su historia reciente. Antonio Corujo deja tras de sí un legado que trasciende generaciones y consolida su lugar como uno de los grandes referentes de la identidad cultural de la isla.