Cómo lidiar con ese compañer@ de trabajo que practica edadismo

En muchos equipos siempre aparece alguien que presume de su edad como si fuera un trofeo, mientras cuestiona la valía de los demás por ser “demasiado jóvenes” o “demasiado mayores”. El edadismo en la oficina puede desgastar, pero hay maneras de afrontarlo sin entrar en conflictos innecesarios.

En los centros de trabajo de Lanzarote, como en cualquier otro lugar, no es raro encontrarse con esa persona que convierte su edad en argumento para imponer criterio o restar importancia a lo que aportan sus compañeros. El edadismo -discriminar o menospreciar por la edad- no solo es incómodo, también afecta al clima laboral y a la productividad.

La primera clave es no engancharse a la provocación. Responder con calma y sin ironías evita alimentar el discurso de quien presume de experiencia o juventud a costa de los demás.

Otra estrategia es reafirmar el valor propio: dejar claro, con hechos y resultados, que la valía profesional no depende del año de nacimiento, sino de la capacidad, el esfuerzo y la actitud.

Si la situación se repite y llega a incomodar al equipo, lo recomendable es tratarlo de manera directa pero respetuosa. Una conversación breve, sin rodeos, puede hacer ver al compañero que sus comentarios hieren o restan motivación. Y, si no funciona, siempre queda la vía de trasladarlo a la persona responsable de Recursos Humanos o al jefe de equipo.

En un mundo laboral cada vez más diverso, lo que realmente suma es la colaboración intergeneracional. La experiencia y la frescura son piezas complementarias, no rivales. La edad debería servir para aportar, no para dividir.

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