La cascada de dimisiones en la RTVC dispara la alarma entre los trabajadores

El clima interno en Radiotelevisión Canaria atraviesa uno de los momentos más tensos de los últimos años tras la dimisión de la Administradora General, María Méndez, y la marcha, en apenas semanas, del director de producción y del director de informativos. El Comité Intercentros de Televisión Canaria y la representación legal de la Radio Canaria han expresado públicamente su inquietud por la forma en que se encadenan estas salidas, que consideran inesperadas y mal gestionadas.

La explicación ofrecida por Méndez, alegando que su trabajo “ya estaba realizado”, no convence a la parte social. Los trabajadores señalan que, a pocos meses de aprobarse la nueva ley de RTVC, cuesta entender que no esperara al relevo natural marcado por la norma. Fuentes sindicales subrayan que nunca se les comunicó que su mandato tuviera una fecha de caducidad tan cercana, lo que incrementa la sensación de improvisación en la cúpula del ente.

Este vacío de liderazgo se produce en un contexto especialmente delicado: el Gobierno canario ha presentado un anteproyecto de ley que podría abrir la puerta a la externalización de determinados servicios de la televisión y la radio públicas. En el caso de la Radio Canaria, la incertidumbre es mayor porque ni siquiera está cerrado el convenio colectivo de la plantilla.

La acumulación de dimisiones genera, según los representantes de los trabajadores, un “clima de desgobierno”. A día de hoy, tampoco se ha convocado el concurso para elegir a la nueva dirección de informativos, y quienes ejercen esa responsabilidad lo hacen sin haber acreditado méritos ante un proceso público. Esta ausencia de convocatoria añade preocupación sobre la transparencia de los nombramientos.

Otro de los puntos señalados por la plantilla es el procedimiento por el que accedió al cargo el actual director de medios y contenidos, que suena como candidato a la Administración General. Los sindicatos recuerdan que aquella convocatoria se publicitó de forma limitada y no exigía titulación universitaria, requisito que sí se exige a cualquier trabajador que aspire a entrar en la redacción de RTVC. Además, su vinculación previa a una Consejería del Gobierno alimenta recelos sobre la independencia de los contenidos.

A día de hoy tampoco se ha comunicado oficialmente si se nombrará un nuevo responsable de contenidos o si todas las áreas quedarán bajo una única dirección. Los trabajadores rechazan que los servicios informativos se integren en ese departamento, al considerar que equipara un derecho esencial -la información- con el entretenimiento, algo que interpretan como un retroceso en el modelo de servicio público.

La preocupación va más allá de la política interna

El Comité Intercentros advierte de las posibles repercusiones en la calidad del servicio y en las condiciones laborales y psicosociales de la plantilla, que trabaja en un ambiente de tensión constante. También lamentan que cambios de calado se estén promoviendo sin información previa a la parte social.

Los trabajadores insisten en que RTVC no debe ser percibida como un instrumento del Gobierno de turno y defienden un modelo independiente, transparente y centrado en la ciudadanía. Reiteran, además, su disposición al diálogo para recuperar estabilidad, planificación y garantías frente a un escenario que consideran de riesgo para la independencia editorial.

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