Cómo vencer el aburrimiento sin gastar mucho ni salir de viaje
Vivir en Lanzarote es, para muchos, un lujo: clima suave, mar siempre cerca y una naturaleza que parece sacada de otro planeta. Sin embargo, hasta en el paraíso puede colarse el aburrimiento.
La rutina, el trabajo, el exceso de pantallas o la falta de planes distintos pueden hacer que hasta el mejor paisaje pierda brillo. Pero aburrirse también puede ser el punto de partida para reconectar con la isla y con uno mismo.
1. Redescubrir lo cotidiano
Una de las claves para combatir el tedio está en cambiar la mirada. Lo que ayer parecía “lo de siempre” puede transformarse en algo nuevo si se vive de otra manera. Caminar por el Charco de San Ginés al atardecer, perderse por los caminos de La Geria o tomar un café en un pueblo que nunca visitas puede romper la sensación de monotonía sin grandes esfuerzos.
2. Aprender algo nuevo
El aburrimiento suele esconder ganas de crear. Lanzarote ofrece talleres de cerámica, fotografía, surf, yoga o cocina tradicional. Aprender a tocar un instrumento o simplemente a hacer un buen mojo de cilantro puede convertirse en la mejor terapia contra la apatía. Lo importante no es el resultado, sino el proceso de descubrir.
3. Desconectar para reconectar
Pasar horas mirando el móvil o las redes sociales solo aumenta la sensación de vacío. A veces basta con apagar el wifi y salir a respirar el aire del Risco de Famara o de las Salinas de Janubio. La naturaleza lanzaroteña tiene una capacidad única para devolver la calma y despertar la curiosidad dormida.
4. Participar en la vida del pueblo
Ferias, talleres, caminatas solidarias o fiestas populares: el calendario insular siempre ofrece excusas para salir de casa. Participar en un evento local no solo rompe la rutina, sino que fortalece los lazos con la comunidad. El aburrimiento suele disolverse cuando se comparte el tiempo con otros.
5. Recuperar el arte de no hacer nada
También hay que decirlo: a veces el mejor antídoto contra el aburrimiento es no luchar contra él. Dejarse estar. Porque en Lanzarote, hasta el silencio tiene su propio ritmo.
6. Sal de compras.
Hemos dejado para el final una solución que sabemos que está muy extendida entre nuestros lectores y lectoras, y que, debemos confesar, también utilizamos para salir un poco de la rutina. Aunque sólo sea para comprar alguna cosita. Somos humanos…