Seis expresiones náuticas que todo canario y canaria debe conocer
En Canarias, el mar es una presencia diaria que ha marcado el carácter, el trabajo y hasta la forma de hablar de sus habitantes.
Muchas expresiones que hoy usamos en tierra firme nacieron a bordo de barcos de pesca, velas y motores. Aquí tienes seis.
Estar a sotavento
En la navegación, sotavento es el lado contrario al que viene el viento. En el habla común, “estar a sotavento” significa quedar desprotegido o en una posición menos ventajosa.
Echar el rezón o rozón
El rezón es un tipo de ancla pequeña, muy usada en embarcaciones pesqueras y de recreo. “Echar el rezón” significa fondear, pero fuera del mar también se usa para decir que uno se queda fijo en un lugar: “Ya echamos el rozón en esta terraza, no nos movemos hasta la tarde”.
Irse a pique
Literalmente, cuando un barco “se va a pique”, se hunde. En la calle, lo decimos cuando algo fracasa o se viene abajo: “Ese plan de ir a la regata se fue a pique con este viento”.
Cambiar el timón
En náutica, girar el timón es cambiar el rumbo. En la vida diaria, la frase se aplica a dar un giro importante en un proyecto o situación personal: “Después de años en tierra, cambió el timón y se metió a patrón de barco”.
Amollar el cabo
Amollar es soltar o aflojar un cabo para que la vela o el aparejo trabajen de otra manera. En los muelles y varaderos canarios, también se usa como aviso: “¡Amolla el cabo, muchacho!” y en sentido figurado, para decirle a alguien que se relaje o afloje la presión: “Amolla un poco, que no hay tanta prisa”.
Marejada de leva
En el lenguaje marinero local, la “leva” es el oleaje largo que viene de lejos, incluso cuando el viento en la costa está calmado.
Estas expresiones recuerdan que la identidad canaria está anclada al mar. Desde los pescadores artesanales hasta los jóvenes que practican windsurf en Lanzarote o La Graciosa, todos heredan un lenguaje que cuenta historias de navegación, riesgos, destrezas y humor isleño. Porque aquí, hablar del mar es también hablar de nosotros.
