Oswaldo Betancort exige flexibilidad para salvar la pesca artesanal del atún

El presidente del Cabildo de Lanzarote y diputado del Grupo Nacionalista Canario, Oswaldo Betancort, ha reclamado este martes en el Parlamento de Canarias una actuación urgente del Ejecutivo autonómico ante la situación crítica de la flota atunera artesanal de la isla.

Durante una intervención dirigida al consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria, Narvay Quintero, Betancort ha instado al Gobierno de Canarias a trasladar al Estado la necesidad de flexibilizar los requisitos de titulación exigidos por Marina Mercante para las embarcaciones pesqueras.

La normativa actual, modificada en 2023, obliga a los barcos atuneros de hasta 24 metros de eslora a contar con tres titulados a bordo: un patrón, un jefe de máquinas y un segundo patrón para realizar guardias nocturnas. Esta exigencia, según ha denunciado Betancort, no se adapta a la realidad operativa de la flota artesanal de Lanzarote, que no faena por la noche salvo en situaciones excepcionales.

“El modelo de tripulación mínima no tiene en cuenta nuestra forma de pescar. Se impone una regulación pensada para otros contextos que amenaza con dejar en tierra nuestros barcos”, ha advertido el parlamentario lanzaroteño.

Solo seis atuneros operativos en toda la isla

En la actualidad, solo seis atuneros permanecen activos en Lanzarote: Ave María Segundo, Cima de Oro, Izar Alde, Monte Arballu, Santuario Barquereño y Zeruko Erreguiña. Esta cifra contrasta con los 21 barcos que operaban en 1999, lo que representa una reducción del 70% en poco más de dos décadas. La causa principal, según el sector, es la combinación de falta de relevo generacional y la dificultad para cumplir con una normativa “inadecuada” a las características de la pesca artesanal.

Betancort ha citado como ejemplo el caso del atunero Monte Arballu, que permanece amarrado desde 2022 al no poder reunir los tres titulados requeridos por ley. Esta situación está poniendo en riesgo su licencia de pesca, su historial de capturas y su cuota asignada, lo que puede acarrear consecuencias irreversibles para la empresa armadora y para los trabajadores del barco.

“Pedimos sentido común”, ha reclamado el presidente insular, insistiendo en que la pesca con caña practicada por estos atuneros es respetuosa con el medio marino y con la especie, y no puede ser tratada bajo los mismos criterios que la pesca industrial.

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