Juana y Enrique González, de la ‘familia de Correos’, pregonan Los Remedios
En tiempos en que para ser cartero era necesario ceder gratuitamente una habitación de la casa familiar para transformarla en oficina de Correos y que la misma fuese casi que un punto de atención al ciudadano abierto 24 horas todos los días, tres generaciones de la familia González se ocuparon del servicio de correspondencia en el municipio de Yaiza durante más de 70 años.
Los hermanos Juana y Enrique González Hernández, de la familia conocida por vecinos y vecinas como ‘los de Correos’, pregonaron este viernes las Fiestas de Los Remedios de Yaiza en la plaza de su pueblo recordando las condiciones del servicio de entonces y las relaciones de cercanía con la vecindad como portadores de buenas y malas noticias, en un viaje al pasado en el que además dieron cuenta del contexto socioeconómico en el que se desenvolvía el sur de Lanzarote, muy marcado por la dedicación de sus habitantes al sector primario.
“Un día a las tres de la mañana una señora tocó a la puerta porque había recibido un aviso de un certificado que tenía que recoger en la oficina de Arrecife, pero ella pensó que era en Yaiza y vino a recogerlo aquí. El cartero se levantó abrió la ventana y le explicó lo que tenía que hacer y la señora se fue tranquila”, narró Juana González, como anécdota del compromiso que su familia tenía con la ciudadanía, acompañada en la mesa por su hermano Enrique, el alcalde de Yaiza, Óscar Noda, el concejal de Festejos, Daniel Medina, y el párroco de Yaiza, Jonathan Almeida.
Juana no era empleada de Correos, pero colaboraba recibiendo cartas, buscando sellos o clasificando la correspondencia recibida, tareas que asimismo realizaban otros miembros de esta familia de nueve hermanos. El alcalde de Yaiza destacó “la abnegada vocación de servicio de la familia a la comunidad y su contribución en ámbitos tan importantes como la educación. Juana fue maestra de escuela y también ha dedicado muchos años de su vida a ayudar a la misión pastoral de la parroquia como catequista”.
Sobre Correos, Juana contó que “el reparto se hacía puntual día a día. Era necesario entregar los telegramas con urgencia ya que desgraciadamente en la mayoría de ellos no venían buenas noticias, las familias esperaban con impaciencia las cartas de los familiares que estaban fuera, las muchachas las cartas de sus novios, giros postales (envío de dinero por correo), los periódicos a los que estaban suscritos algunas personas y algún que otro paquete”. Con una sonrisa, Juana expresó que “así perdimos el apellido González y ya todos nos conocen como los de Correos”.
Daniel Medina subrayó “el respeto que profesa Yaiza a la familia González por el servicio prestado y su relación de colaboración con la parroquia. Son personas muy queridas”. El concejal además ensalzó “el apoyo de la comisión de fiestas de Yaiza y todas las ideas expuestas para consensuar con el Ayuntamiento el programa de Remedios, catorce días de convivencia, alegría y tradición”.
Agricultura, símbolo de unión
Por otra parte, el pregón de ‘los de Correos’ enfatizó en cómo los cultivos daban vida al pueblo, fortaleciendo a la vez los lazos familiares y sociales: “todos los miembros de la familia se implicaban en las tareas agrícolas y los vecinos se ayudaban unos a otros compartiendo éxitos y fracasos, alegrías y penas”. Juana González rememoró la época de siembra de cereales y legumbres “en los terrenos del centro del pueblo y hasta en la ladera de la montaña (donde hoy se prenden los fuegos artificiales para el fin de la fiesta), era un hermoso paisaje verde mezclado con el colorido de las diferentes hierbas que se entrelazaba con la cosecha como los pajitos blancos y amarillos o las rojas amapolas”.
La fruta recogida, agregó la pregonera, “era sabrosa, sana y natural: higos chumbos o picones, como les llamamos aquí, los higos de la higuera o brevas. Ambos se comían frescos o pasados al sol. Los de higuera “higos pasados” y los picones llamados ‘porretos’. Sin olvidar las dulces uvas que al decir de los mayores: “uvas, queso y gofio quitan las arrugas”.
Muchísimas felicidades a estos dos hermanos. A Enriquito ( como se le conoce en el pueblo y alrededores ), lo he tratado menos. Pero a Juana la trate bastantes, ya que era colaboradora del archivo parroquial, al que visité con mucha frecuencia en un largo periodo de tiempo.