Gabriele Derendorf muestra en Yaiza su obra optimista que nace del dolor

Detrás de la alegría del color de la muestra pictórica de la artista alemana Gabriele Derendorf se esconde una historia triste asociada a la muerte de su hijo más joven. Violonchelista de profesión, Gabriele no quiso saber más de la música tras esta pérdida súbita sufrida en 2007, refugiándose entonces en otra expresión artística, la pintura.

Derendorf define la pintura como “una terapia del arte”: que además le ha abierto las puertas de la Casa de la Cultura de Yaiza para compartir con el público isleño sus creaciones inspiradas en Lanzarote. La exposición, denominada ‘Los colores de Lanzarote’, era inaugurada el pasado viernes en presencia del concejal de Cultura de Yaiza, Daniel Medina. Permanecerá abierta hasta el próximo 29 de octubre, con horario de visitas, de lunes a viernes, de 9:00 a 14:00 horas.

Allí encontramos cuarenta obras de la autora, ejecutadas en técnica de óleo sobre lienzo y algunas también sobre madera; unos trabajos donde exhibe su visión más personal de una isla “que esconde mucho color”, dice.

Ahora está centrada en el trabajo pictórico en su taller de Puerto del Carmen, pero por más que desee separarse de la música no puede borrar treinta años de toque en orquestas de cámara, tríos y dúos. “La muerte imprevista de mi hijo, que se fue solo en cinco días, me ha disuadido de mi camino totalmente”, desvela. Su hijo tocaba con ella.

Gabriele Derendorf se rehace del dolor para expresar su sensibilidad en un tono optimista: “Ahora me alegra muchísimo observar la naturaleza y experimentar con los colores. Si mis cuadros transmiten alegría, me encontraría de forma magnífica”. Así resume la verdadera razón de exhibirlos en Yaiza.

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