El crecimiento turístico y poblacional son retos urgentes en algunas islas
El modelo de desarrollo insular está en el punto de mira. Así lo pone de manifiesto el Informe 4 Islas Indicadores de Sostenibilidad 2024, un estudio pionero elaborado de forma colaborativa entre el Centro de Datos del Cabildo de Lanzarote, la Reserva Mundial de la Biosfera de La Palma, el Observatori Socioambiental de Menorca (OBSAM) y el Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation. Su principal conclusión: las islas comparten desafíos urgentes que ponen en riesgo su equilibrio social, económico y ambiental.
Entre los retos más destacados se encuentran el aumento desmedido de la población, el colapso del acceso a la vivienda y la excesiva dependencia del turismo como motor económico. Especialmente llamativo es el caso de Ibiza y Lanzarote, que han duplicado su población desde los años 90, superando los 158.000 habitantes en 2023, una cifra que está generando una creciente tensión sobre las infraestructuras, el entorno natural y el mercado inmobiliario.
Una presión insostenible sobre la vivienda
El informe subraya que la crisis habitacional se ha convertido en uno de los principales factores de desigualdad en las islas. “Ibiza y Lanzarote presentan los escenarios más críticos, con un mercado inmobiliario que deja fuera a jóvenes y trabajadores”, alerta Elisa Langley, coordinadora del Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation. “Ibiza está alcanzando una situación extrema, y podría convertirse en el espejo del futuro de otras islas si no se actúa a tiempo”.
Mientras tanto, Menorca lidera en cohesión social, y La Palma destaca por sus elevados niveles de pobreza y exclusión, lo que refleja las múltiples caras de la desigualdad insular. El precio del suelo, la urbanización acelerada y la falta de regulación en el uso del territorio están generando desequilibrios preocupantes.
Turismo: riqueza y fragilidad
A pesar de sus diferencias, todas las islas coinciden en su alta dependencia del turismo. Este sector representa la principal fuente de empleo en Ibiza y Lanzarote, con especial protagonismo de la hostelería y el comercio. Menorca presenta una mayor diversificación gracias a su sector industrial, mientras que La Palma conserva un notable peso agrícola.
Sin embargo, fenómenos como la estacionalidad, la precariedad laboral y las bajas rentas —que oscilan entre los 12.000 y 15.000 euros per cápita— dificultan la estabilidad económica. “Estudiar no solo si crecemos, sino a qué velocidad lo hacemos, es clave para entender si el entorno y la sociedad pueden asumir ese cambio”, señala David Carreras Martí, director del OBSAM.
Movilidad, emisiones y una urbanización desbordada
Ibiza y Lanzarote superaron los ocho millones de pasajeros aéreos en 2023, con un tráfico terrestre cada vez más denso durante la temporada alta. La urbanización ya afecta a más del 8% del suelo insular, especialmente en las zonas costeras, generando una presión sin precedentes sobre los ecosistemas. Menorca y La Palma han logrado contener algo más esta expansión, aunque también enfrentan amenazas en sus frentes litorales.
A ello se suma el incremento de las emisiones de CO₂ y un uso intensivo de recursos. Pese a algunos avances en materia de reutilización de aguas —como en Lanzarote y Menorca—, la dependencia de los combustibles fósiles sigue siendo elevada. “Debemos aprender de los errores y aciertos de cada isla, para evitar repetir patrones insostenibles”, apunta Miguel Ángel Martín Rosa, director del Centro de Datos del Cabildo de Lanzarote.