El flujo de cruceros turísticos en el Puerto de Arrecife su vuelve más estacional
La llegada de cruceros turísticos al Puerto de Arrecife ha experimentado un crecimiento muy significativo durante los meses de octubre y noviembre, según los datos provisionales de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, elaborados por el Centro de Datos del Cabildo de Lanzarote. En ambos meses, el incremento de pasajeros supera el 200% respecto al mes anterior, consolidando el inicio de la temporada alta del turismo de cruceros en la Isla.
El acumulado anual hasta noviembre alcanza los 537.839 pasajeros, superando en un 7,3% los datos del mismo periodo del año anterior, mientras que la previsión provisional de diciembre eleva el total hasta 610.179 cruceristas en 2025.
Este comportamiento confirma el marcado carácter estacional del turismo de cruceros en Lanzarote. Tras un verano con cifras muy bajas, junio y julio apenas superaron los 3.000 pasajeros, la actividad se concentra de forma intensa a partir del otoño, especialmente en los meses previos y posteriores a la Navidad.
En octubre, los muelles de Arrecife recibieron 40.876 cruceristas, frente a los 11.451 registrados en septiembre, lo que supone una variación mensual del 257%. En noviembre, el aumento vuelve a ser muy acusado: 124.916 pasajeros, frente a los 40.876 del mes previo, con un crecimiento del 205,6%. Estas cifras sitúan a noviembre como uno de los meses con mayor volumen de cruceristas del año.
Concentración de escalas
Más allá del volumen total, los datos vuelven a poner sobre la mesa el desequilibrio en la distribución de llegadas, con jornadas en las que coinciden dos y hasta tres cruceros turísticos atracados de forma simultánea en los muelles de Arrecife. Una imagen que se repite en temporada alta y que quedó reflejada el pasado domingo 28 de diciembre, cuando varios buques coincidieron en puerto, tal y como muestra la imagen que acompaña a esta información.
Esta concentración de escalas en un mismo día genera picos muy elevados de visitantes, un modelo que ha sido cuestionado en otros destinos. Ciudades como Barcelona han limitado el número de cruceros diarios precisamente para evitar la saturación urbana y el impacto sobre la movilidad y los servicios.
En el caso de Arrecife, el fuerte crecimiento de otoño refuerza el peso del puerto como infraestructura clave para el turismo insular, pero también cuestiona su capacidad de acogida y la necesidad de una planificación más equilibrada de las escalas a lo largo de la semana y de la temporada.
Cómo lo hacen en otros puertos
El Puerto de Palma de Mallorca ha sido uno de los primeros puertos españoles en abordar de forma explícita los desafíos de saturación urbana vinculados al turismo de cruceros. El Puerto de Valencia aplica medidas para mejorar la relación entre cruceros, ciudad y medio ambiente, entre ellas un calendario distribuido de escalas en días alternos o bien espaciadas para favorecer una mejor gestión de flujos turísticos y de transporte público en la ciudad.
En el norte de Europa, puertos como Oslo (Noruega) buscan ofrecer suministro de energía en tierra a cruceros (que les permite apagar sus generadores a motor) y aplicar índices ambientales que incentivan a las líneas a ser más limpias. En Trondheim ya operan instalaciones similares para buques de expedición, reduciendo su huella energética durante las escalas.
El puerto de Estocolmo ha desarrollado instalaciones para clasificar y reciclar residuos de cruceros, transformando materiales en energía o productos reutilizables y reduciendo la cantidad que acaba en vertederos.
En el Puerto de Tarragona proponen un modelo de cruceros con menor volumen y menor concentración de pasajeros, diversificando la presencia de los visitantes hacia otros destinos del interior y la Costa Dorada para evitar picos de saturación en un único punto urbano.
