Vecinos de La Degollada piden tumbar el proyecto de las torretas eléctricas

La Asociación de Vecinos Los Majos de La Degollada, en el municipio de Yaiza, también se sumaban este lunes a la oposición lanzaroteña contra el proyecto de línea eléctrica por vía aérea, aprobado por el Gobierno de Canarias y que afectará a su entorno natural.

El colectivo emitía hoy un comunicado donde define como “un atentado paisajístico y ambiental” el proyecto de la línea de más de 14 kilómetros que pretende instalar Red Eléctrica de España, “y que estaría sujetada por enormes torretas”.

La Asociación recuerda que ha estado “varias décadas de lucha contra la machacadora de áridos que se pretendía colocar en la localidad”, y sobre la que el Juzgado de Contencioso Administrativo dictó sentencia contraria el pasado mes de diciembre, y advierte sobre “las nuevas amenazas que se ciernen sobre el territorio y el medio ambiente de Lanzarote”.

Por esta razón, los vecinos exigen a las instituciones y representantes del municipio, la isla y Canarias que “remen en la misma dirección para no degradar ni visual ni medioambientalmente uno de los paisajes más valiosos del sur de la isla”, Los Ajaches, incluido en la red canaria de espacios protegidos y con zonas de especial interés para las aves. Además, la Asociación considera “imprescindible” que la sociedad de Yaiza y de la isla esté informada y concienciada para, de ser necesario, «movilizarse ante este pretendido atentado ambiental”.

Contra la Ley de Suelo de Canarias

Del mismo modo, la Asociación mostraba su preocupación por los, según definían, “peligros que para el medio ambiente y el territorio, y en especial para el ámbito rural, supondría la aprobación del proyecto de Ley del Suelo de Canarias, auspiciado por el presidente del Gobierno, Fernando Clavijo”.

Los Majos de La Degollada defienden que “el territorio canario en general, y en particular el suelo rústico no pueden permitirse la política de vía libre a la especulación a la que esta ley permite dar carta de naturaleza”, critican.

“Igual que luchamos contra la amenaza de la machacadora o contra el petróleo, ahora debemos concienciarnos y dar la batalla para impedir que destruyan el territorio que nos queda”, concluyen.