Los productores lanzaroteños destacan entre los mejores en Agrocanarias
Lanzarote vuelve a aparecer en primera línea del sector primario regional tras conocerse los resultados de los Concursos Oficiales Agrocanarias 2025, organizados por el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA). El acto oficial de entrega reunió en Tenerife a los productores más destacados del Archipiélago y certificó un año especialmente favorable para las empresas de la isla.
El presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort, felicitó públicamente a los galardonados y subrayó que la producción local mantiene un nivel que “compite sin complejos en Canarias”. Aunque el tono institucional quiso poner el acento en la excelencia, el sector insiste desde hace años en la necesidad de un respaldo más estable frente a la presión de costes y la dependencia de importaciones.
La edición de 2025 contó con 517 producciones, de las cuales 146 resultaron premiadas entre medallas y distinciones especiales. A escala regional, los grandes vencedores fueron Brumas de Ayosa (mejor vino), El Minero (mejor queso), el Gofio Buen Lugar (mejor gofio) y La Mirla Sidrera (mejor sidra).
En el caso de Lanzarote, el protagonismo fue notable. La Molina José María Gil acumuló varias medallas y los premios Grano Local y Gran Oro, consolidando su papel histórico. En quesos, la isla obtuvo reconocimientos en varias categorías: Guatisea, Bodega de oveja, Filo El Cuchillo, Rubicón ahumado, El Farito y La Pluie lograron oros y platas que refuerzan la presencia lanzaroteña en un sector cada vez más competido.
En vinos, el Martinón Blanco Seco, de Bodegas Martinón, logró una Medalla de Oro en una categoría con 227 referencias, un impulso más para la proyección de los vinos volcánicos, que siguen ganando peso en los mercados especializados.
Betancort recordó que estos premios “fortalecen la economía rural”, aunque productores consultados en ediciones anteriores han advertido que el reconocimiento no siempre se traduce en mejores condiciones para el campo. Aun así, los galardones vuelven a evidenciar el potencial de una isla que mantiene viva su tradición agrícola pese a las dificultades.
