“Lanzarote y la tarjeta postal” abrió sus puertas en la Casa Amarilla
Ya puede visitarse la exposición “Lanzarote y la tarjeta postal’, una muestra que permanecerá en la Casa Amarilla de la Calle Real de Arrecife durante los próximos meses.
Organizada por el Cabildo de Lanzarote, era el consejero insular del Centro de Datos, Luís Arráez, quien inauguraba esta colección donde se recogen varias decenas de reproducciones de tarjetas postales, y material audiovisual, realizado desde el siglo XIX. Sus promotores buscan resaltar el papel de la postal como medio para representar y mitificar aspectos de la memoria colectiva insular, muy ligada también al turismo.
En ella se hace un recorrido histórico de la tarjeta postal conejera, desde las primeras postales sobre la isla, editadas a finales del siglo XIX, hasta los últimos años del siglo XX en las que se aprecia ya un declive comercial de la tarjeta postal, que muta en otros usos.
En cuanto al despliegue expositivo, estrenan propuesta en la Casa Amarilla con el habitual cuidado documental que suele acompañar a una muestra que apadrina el Centro de Datos. Y, como curiosidad, los visitantes tienen también la oportunidad de abandonar las salas adquiriendo, escribiendo y enviando una postal, algo muy propio.
En la inauguración pudimos ver muchas caras conocidas, entre ellas la del inestimable fotógrafo Javier Reyes, que no quiso perderse esta puesta de largo a la que también acudieron curiosos jóvenes, acompañados por sus familiares; suponemos que estos les mostrarían algunos recuerdos en forma de imágenes.
En el capítulo de autoridades políticas, junto a Luis Arráez estaban el consejero insular de Cultura, Óscar Pérez, su homóloga autonómica, Mariate Lorenzo, y la consejera cabildicia de Patrimonio Histórico, Carmen Rosa Márquez.
Más información sobre la exposición.

Es también una muestra para visitar en familia.

La consejera de Cultura, Turismo y Deportes del Gobierno de Canarias, Mariate Lorenzo (d) -junto a Miguel Ángel Martín, director del Centro de Datos- no quiso perderse la ocasión de ver la exposición.