La reforma del Ramírez Cerdá deberá incluir una actuación de reforestación

Aguarda estas semanas el proyecto de reforma integral del Parque José Ramírez Cerdá de Arrecife la preceptiva autorización de Demarcación de Costas de Canarias para ejecutar una inversión de 1,7 millones de euros, una intervención promovida por el Ayuntamiento capitalino después de recibir en agosto de 2022 el visto bueno de la Unidad insular de Patrimonio.

Se trata de una actuación global en este espacio que conserva una parte notable del ideario estético de César Manrique. Se intervendrá sobre todos los elementos, desde los pavimentos hasta la jardinería, pasando por la fuente, el puente y el monolito de piedra. Pero la licitación del proyecto municipal no comenzará a rodar hasta no obtener el permiso de Costas.

Anotar que una de las asignaturas pendientes en este destacado enclave es la pérdida paulatina de vegetación durante las últimas décadas. Sea por enfermedades en los ejemplares o por informes de inseguridad que obligaron a su retirada, lo cierto es que la intervención que preparan en el José Ramírez Cerdá también deberá incluir un proyecto de reforestación del parque; y así lo han confirmado desde el consistorio que preside Yonathan de León.

El actual grupo de Gobierno (CC-PP) en el Ayuntamiento de Arrecife pretende sacar adelante en este año del 225 aniversario de la fundación de la ciudad dos de los proyectos prioritarios para asegurar la conservación de su patrimonio público en parte del frente marítimo ganado al mar, un espacio de un valor como pocos de los existentes en las islas: restaurar el Parque Ramírez Cerdá y el Puente de las Bolas. Se trata de dos proyectos que avanzan lentos desde hace años, pero que cuentan actualmente con la financiación necesaria y no deberían eternizarse más en los despachos.

(La imagen de portada corresponde a la retirada esta semana por parte de operarios del Ayuntamiento del tronco de un árbol ya perdido hace tiempo; y las de abajo son imágenes de archivo: una de un árbol talado 2022 porque invadía la acera, y las buganvillas que se retiraron de las pérgolas en 2012).