El Carnaval ya ocupa la calle

Incombustible la Batucada Villa Pipol; y dinámicos también los tres pregoneros que abrían este sábado las celebraciones del Carnaval de Arrecife, ante numeroso público.

Arrancaban con ritmo las carnestolendas capitalinas con un recorrido – bien aliñado de curiosos- que protagonizó la Batucada Villa Pipol, la principal referencia insular en este tipo de grupos. Ellos enlazaron el Puente de las Bolas con el Charco de San Ginés, donde esperaban los vecinos para escuchar el pregón que este año realizaban Toni Orosa, Juan Perdomo y José Negrín.

Antes de esto, los breves discursos institucionales corrían a cargo de Eva de Anta y David Duarte. La alcaldesa invitó a los habitantes de la ciudad a vivir el Carnaval con “alegría, pasión y entrega”, y resaltó el carácter “porteño” que mantenían estas celebraciones “del pueblo”. Mientras, el concejal de Festejos aludió a la responsabilidad de organizar una celebración tan importante para los vecinos y dio un repaso rápido a las primeras manifestaciones de estos encuentros en Arrecife, donde luego nacerían los primeros carnavales insulares modernos, de la mano, precisamente, de personas participativas y con iniciativa como los pregoneros de hoy.

Decía el presentador Francisco José Navarro que ellos habían sido quienes prologaron los carnavales como hoy los conocemos, dejando a un lado lo que habitualmente se hacía en las décadas de los sesenta y anteriores, algo que “era más bien revestirse”, decía Navarro.

Así que el pregón de Toni, Juan y José nos enseñó en imágenes, comentadas por sus protagonistas, muchos de los encuentros, amigos, personajes, políticos y múltiples carnavaleros que pasaron por la vida de estos tres arrecifeños de pro a partir de 1976.

Ofrecieron un pregón diferente, con acompañamiento musical y, sobre todo visual, salpicado por los ingeniosos comentarios de los tres. Cómplices, cercanos y atentos, el pregón del Carnaval de Arrecife mostraba así la cara amable y retrospectiva de unas fiestas que, hoy más que nunca, rendían homenaje a muchos de los que lo popularizaron.

En la organización de algunas galas, Toni Orosa decía que tiraban de imaginación para que la fiesta siempre trasladara el nivel que la ciudad merecía. A José Negrín lo veíamos siempre vinculado de forma muy estrecha a la cultura y a las carnestolendas por su trabajo en la fotografía, y en Juan Perdomo encontrábamos siempre un gran talento para peinar a reinas del Carnaval.

Escuchamos muchos e insignes nombres que hoy ya no están. Pero, como dicen, la vida es un Carnaval. Y ya vuelve a estar en la calle, en su lugar natural.