Antonio Morales dice que Europa convierte a Gran Canaria en «una cárcel”

El Cabildo de Gran Canaria, el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, el empresariado y los sindicatos de este municipio, el que más turistas recibe de Canarias, se unieron este martes para clamar al Gobierno español diligencia frente a la crisis turística, asfixiada por la Covid-19, y por no haber habilitado aún un corredor seguro con pruebas en origen y destino.

También abordaban la crisis migratoria que mantiene hacinadas 800 personas en un muelle, donde subrayaban que quiebra sus derechos humanos y da pie para que el “Salvini de turno”, decían, “use la situación de forma torticera”, dijo el presidente insular, Antonio Morales, quien recordó que sus ministerios siguen descoordinados.

Morales sostiene que “no es casualidad el hacinamiento de personas en el sur», ya que, según afirma, «Europa tiene una clara estrategia para impedir que las personas migrantes lleguen al continente y convierte Gran Canaria en una cárcel sin que España le plante cara, lo que hace que la situación sea usada convenientemente por sectores reaccionarios”, por lo que pidió que el Estado tome cartas en el asunto de manera «urgente».

En primer lugar, pidió que sean trasladados a las instalaciones militares que el Estado tiene en la isla en Gando y en La Isleta, pues tras 26 años aún está improvisando donde acogerlos, ahora unos hoteles, luego un terrero de lucha y más tarde una cancha deportiva, y eso no puede ser, subrayó Morales, quien agregó que ello sucede porque tras un cuarto de siglo aún no ha habilitado un lugar digno para su acogida.

Asimismo, pidió que el Estado debe reactivar la derivación de estas personas a la Península, donde el 60 por ciento de las plazas para este fin están vacías, aseveró. “Es imprescindible que los ministerios se coordinen bajo un mando único y, también, que sea mejorado el Sistema de Vigilancia Exterior, el SIVE, puesto que casi el 40 por ciento del litoral permanece en sombra y los migrantes deambulan desorientados tras arribar, lo que genera alarma social. Ahora es muy fácil azuzar el miedo y el odio”, alertó el presidente, quien concluyó que el Estado también debe activar sus acciones diplomáticas y planes de cooperación puesto que en el origen de que estas personas arriesguen su vida en el mar no hay otra cosa que el hambre y la pobreza.

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