Una nueva vida para la Casa del Cabrerón y la antigua sede de Correos en Arrecife

La presidenta del Cabildo de Lanzarote, María Dolores Corujo, lo anunciaba ayer durante la presentación del Proyecto de Presupuesto General de la Institución para el Ejercicio 2023. Unos 3,2 millones de euros de inversión del Cabildo posibilitarán la adquisición de dos inmuebles de destacado valor patrimonial en Arrecife, con el objetivo de asegurar su conservación y apertura al uso público. Se trata de la antigua sede de Correos y la Casa del Cabrerón.

El antiguo edificio de la Empresa Nacional de Correos, situado en el frente marítimo de la ciudad, acogerá la puesta en marcha del Museo del Mar de Lanzarote y La Graciosa; mientras que la Casa del Cabrerón, en el barrio de Valterra, servirá como dotación ciudadana para el barrio, “carente por completo de este tipo de instalaciones”, ha dicho María Dolores Corujo, quien ha incidido en que “se trata de dos importantes adquisiciones de valor histórico” en la capital lanzaroteña que “garantizará la conservación de edificios significativos” y su puesta a disposición de la población.

El Proyecto de Presupuesto General del Cabildo de Lanzarote recoge algo más de tres millones de euros para la compra de ambos inmuebles. El edificio de Correos tendrá un coste de 2,5 millones de euros, y otros 666.000 euros irán destinados a la compra de la Casa del Cabrerón.

Puesta en valor del patrimonio urbano

La consejera de Patrimonio Histórico de la Corporación, Ariagona González, subraya el esfuerzo realizado por “incorporar al patrimonio insular estos dos inmuebles que tienen valores distintos pero ambos importantes, con lo conseguimos recuperar nuestro patrimonio, dotarlo de vida y, en el caso del Cabrerón, que Valterra tenga una dotación pública necesaria para las diferentes actividades que se puedan realizar en el barrio”.

Hay que recordar que este inmueble localizado en la barriada de Valterra data de 1887 y debe su nombre a su propietario Justo Cabrera y Cabrera, quien fue célebre en Lanzarote por su apodo “Cabrerón”. En esta casa se instaló el primer dispensario sanitario que tuvo la ciudad, el pequeño Hospital de Dolores, y posteriormente el edificio fue empleado como casa de huérfanos, instalación militar durante la Guerra Civil, escuela y residencia.

Por otro lado, desde la Institución insular aseguran que con la compra de la antigua sede de Correros, el Cabildo de Lanzarote ha sido sensible a las peticiones populares para la creación de un Museo del Mar en la capital de la Isla, un nuevo referente en torno a la tradición marinera de Lanzarote y La Graciosa, han explicado.