Los ediles expedientados del PIL piden la dimisión del presidente del partido

Ante la amenaza de expulsión que les han vuelto a realizar desde la dirección del partido, los concejales del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) en el Ayuntamiento de Arrecife, Tomás Fajardo y María Isabel Mesa, han demandado hoy la dimisión del presidente Ramón Bermúdez. Como respuesta a la expulsión piden la dimisión “como única manera de recuperar la dignidad y línea política independiente” de esta formación, afirman.

“Nunca en su historia se vio un PIL tan inerte. A pesar de la importante labor que están desarrollando personalmente todos los cargos electos del partido, esté ha desaparecido totalmente», decía al respecto este martes la concejala María Isabel Mesa.

También le critica que no haya ejercido «labor política desde que Ramón Bermúdez accediera a la Presidencia. Pretendiendo ahora ya este presidente solo permanecer al frente del partido para llegar a un acuerdo de inclusión del mismo en cualquier otras siglas, a cambio de alguna otra prebenda personal para él y sus vicepresidentes, o simplemente seguir liberado en Educación”,

Mesa añade que todo el mandato de Bermúdez “ha sido desganado, falto de ilusión e ideas y con nula iniciativa. Una vez conseguida su liberación en enseñanza por el Gobierno de Canarias se acabó su interés en la política de la isla y el partido.”

Para la edil, se les puede amenazar con la expulsión, “pero con ello no podrán ocultar la realidad: la actual dirección del PIL, particularmente su presidente, han usado al partido y a los cargos electos, para obtener por detrás prebendas personales (bien sea liberación de enseñanza, diferentes enchufes o tratos de favor). Traicionando así nuestra labor, la posición independiente del PIL,  y la confianza que nos deposito nuestro fiel electorado”.

Por todo ello, señalan hoy en un comunicado conjunto Isabel Mesa y Tomás Fajardo, “pedimos a don Ramón Bermúdez que tenga aun algo de dignidad, y abandone la Presidencia del PIL. Ya que ni puede ni quiere atenderla. Llevando escondido demasiados meses tras vicepresidentes inexpertos, faltos de talla política, que se han dejado utilizar por intereses particulares o por un minuto de gloria”.