Libertad para elegir la noche de los finaos o el terrorífico Halloween, o disfrutar ambas

Cada cual vive la noche de los difuntos como le apetece, y aunque la moda nos empuja hacia el modelo anglosajón del terrorífico y comercial Halloween, lo cierto es que Lanzarote, como cualquier otro lugar, tiene su larga tradición en torno al Día de Todos los Santos.

A fuerza de recordar tiempos pasados, por estos lares conejeros en la víspera del Día de Todos los Santos (1 de noviembre) se guardaban castañas para asar, o almendras, y otras frutas, que se acompañaban con buches de anís, ron miel o vino dulce del país.

La tradición dice que ese día, los jóvenes cogían la talega e iban visitando las casas pidiendo “los santos”: Tocaban en la puerta y preguntaban, ¿Hay santos? La dueña o dueño decía que sí; depositando en la talega almendras, nueces, higos pasados o castañas. Cuando los niños llenaban la talega volvían a casa contentos.

La palabra Finado o Finao ha recuperado su uso en Lanzarote en los últimos años. Sin embargo, siempre ha sido muy habitual en lugares como Latinoamérica, Brasil, Galicia o Portugal. Es sólo la fiesta de los que han llegado “al fin” de la vida.

Aquí en Canarias, la tradición era que las familias se reunieran esas horas previas para recordar a sus difuntos. Sobre ellos contaban anécdotas, al tiempo que compartían una comida.

Es también, claro, la fecha en la cual se visitan los cementerios para adornan con flores las tumbas de los seres queridos.

Ranchos de Ánimas

Por entonces también recorrían los pueblos los “Ranchos de Ánimas”, quienes visitaban las casas de los finaos, cantando sus canciones lastimeras y orando por los difuntos.

Recogían ofrendas en dinero, en granos o semillas para encargar misas por los difuntos del pueblo.

Con el paso del tiempo cantaban por Navidad, por lo que se transformaron en Ranchos de Pascua.

Halloween

Por otro lado, para los más pequeños de la casa el atractivo de la noche del Día de los Difuntos está, lógicamente, en Halloween.

Según explica el periodista Alex Sala en un artículo de National Geographic, “En el truco o trato, calabazas, vampiros, brujas, esqueletos… Halloween es hoy en día, gracias a la industria del entretenimiento de masas norteamericana, una celebración cada vez más arraigada en todos los rincones del mundo. La palabra Halloween procede de la expresión “All Hallow Eve” (víspera de Todos los Santos) y su origen está muy relacionado con esta tradición cristiana, pero también con creencias paganas celtas y romanas que celebraban el fin de la cosecha y el recuerdo de los familiares difuntos: el samhain y el mundus patet”.

“Halloween mezcla el recuerdo a los difuntos y el consumo de frutos de otoño, típicas de las celebraciones de estas épocas con otras prácticas “modernas”, como el famoso truco o trato o la veneración por monstruos como Drácula o Frankenstein, que el cine ha acabado convirtiendo en un fenómeno global”, explica Sala.